Cuando leo reseñas de “Indignez-Vous”, tengo la impresión de que su autor es un abuelito entrañable mientras que cuando oigo hablar del Tea Party, me entran sudores fríos y me imagino a la mismísima Sarah Palin apareciéndose en sueños al asesino de Tucson
Se llama Stéphane Hessel y es el nuevo gurú de este mes. Calza un 93 largo y, tras luchar heroicamente contra los nazis en la II Guerra Mundial, ahora vuelve a la carga con un libro de 30 páginas titulado “Indignez-Vous” (“Indígnese”). En Francia se vende como rosquillas y en España va camino de lograr un éxito similar. La obra está dirigida a los jóvenes y pretende romper con la indiferencia reinante y llamarles a que defiendan lo que es justo. Encomiable ¿verdad?
Ahora vamos a decir lo mismo pero con otra palabras: Stéphane Hessel ha escrito un panfleto de 30 páginas dirigido al público más fácil de manipular; los jóvenes. Caramelitos con droga para mentes impresionables con hambre de radicalismo antisistema. Bajo el grito de guerra “¡Indígnate!”, se esconde un mensaje de odio contra todo y contra todos ¿A que suena distinto?
Dicho así, parece que el señor Hessel fuera un integrante del mismísimo Tea Party. Ya sabe, esos ultraderechistas que intentan hacer oposición contra Obama a base de indignar a la opinión pública y radicalizar el panorama político americano. Sí, los que, según dan a entender algunos medios, han convencido a un tipo en Arizona de que debe montar una escabechina para matar a una congresista.
Sin embargo, no se por qué, cuando leo reseñas de “Indignez-Vous”, tengo la impresión de que su autor es un abuelito entrañable y comprometido con su tiempo mientras que cuando oigo hablar del Tea Party, me entran sudores fríos y me imagino a la mismísima Sarah Palin apareciéndose en sueños al asesino de Tucson para pedirle que mate a la congresista demócrata Gabrielle Giffords.
Bueno, en realidad sí se por que existe ese doble rasero en los medios. Por qué unos tienen legitimidad para expresar sus ideas –buenas o malas- y otros no. Pero no lo voy a poner aquí por escrito, no sea que luego me digan que estoy crispando a la peña y que soy un criptofascista, amante de las armas, republicano y medio bujarra…