Dicen que uno se pone a escribir un blog cuando su columna vertebral no es lo suficientemente flexible como para podérsela chupar a sí mismo. Si eso es cierto, este sucedáneo de autofelación acaba de superar las 10.000 visitas. Como normalmente, cuando se añade un nuevo “donut” a cualquier indicador numérico se hace algún tipo de homenaje, sirva esta entrada para tal propósito. Que ando escaso de globos y “Che Guevaras honoríficos que repartir”.
Pocas veces escribo aquí sobre “buenas noticias”. Pero el otro día leía en “El País” algo digno de una entrada en este narcisista blog. Y es que después de que se hayan descubierto los casos de corrupción en la asignación de licencias del Ayuntamiento de Madrid, Gallardón (sí, sí, leéis bien) ha tomado la decisión de PRIVATIZAR este servicio (podéis frotaros los ojos de incredulidad… ¡Gallardón tomando medidas liberales!).
Cuando quieres construir un local o un edificio, tienes que pedir una licencia al Ayuntamiento para poderlo hacer legalmente. Como podéis imaginaros, todo ese papeleo es cada vez más complejo y lo tramitan funcionarios. No hace falta decir que hay licencias que tardan meses, incluso años en tramitarse debido a la gandulería de estos trabajadores del Estado. Y es que la palabra “funcionario” suele ser un sinónimo de negligencia y en la mayoría de los casos, de corrupción. Porque claro, cuando un tipo tarda un año en echar una firmita en unos papeles autorizando que se pueda habilitar un local, el dueño, que quiere poder empezar su obra lo antes posible, empieza a plantearse que tal vez, recurriendo a cauces no-del-todo legales pueda conseguir agilizar los trámites. Hablamos de sobornos y tráficos de influencias. Es entonces cuando los funcionarios son los primeros interesados en ralentizar todo lo que pueden los procesos burocráticos para conseguir sobornos más suculentos. Esto no pasa sólo en Madrid. En Valladolid es famoso algún que otro nombre de funcionario listo y supongo que en todas las ciudades pasa algo parecido porque en el fondo, en todos los sitios se cuecen habas… y en España a calderadas.
Gracias al nuevo sistema que implantarán en Madrid, unas empresas privadas tramitarán las licencias. Si en esta empresa los trabajadores son vagos, se les manda a la calle. Suficiente aliciente para garantizar profesionalidad. Si son los propios dueños de la empresa los que quieren “hacer el egipcio” y sacarse algún eurillo de más, el ayuntamiento no tiene más que contratar a otros. Todo sale más barato y más eficaz. Y más honrado.
Este tipo de medidas no es nada nuevo. Y es la tendencia generalizada de las administraciones públicas; contratar empresas privadas que provean los servicios públicos. En muchos países europeos (Suecia, por ejemplo) es muy normal que se contrate a agencias de seguridad privadas (Securitas, etc…) para que hagan las veces de policía. Y así con muchas cosas más.
Y funciona mucho mejor. De eso no hay duda.
Pocas veces escribo aquí sobre “buenas noticias”. Pero el otro día leía en “El País” algo digno de una entrada en este narcisista blog. Y es que después de que se hayan descubierto los casos de corrupción en la asignación de licencias del Ayuntamiento de Madrid, Gallardón (sí, sí, leéis bien) ha tomado la decisión de PRIVATIZAR este servicio (podéis frotaros los ojos de incredulidad… ¡Gallardón tomando medidas liberales!).
Cuando quieres construir un local o un edificio, tienes que pedir una licencia al Ayuntamiento para poderlo hacer legalmente. Como podéis imaginaros, todo ese papeleo es cada vez más complejo y lo tramitan funcionarios. No hace falta decir que hay licencias que tardan meses, incluso años en tramitarse debido a la gandulería de estos trabajadores del Estado. Y es que la palabra “funcionario” suele ser un sinónimo de negligencia y en la mayoría de los casos, de corrupción. Porque claro, cuando un tipo tarda un año en echar una firmita en unos papeles autorizando que se pueda habilitar un local, el dueño, que quiere poder empezar su obra lo antes posible, empieza a plantearse que tal vez, recurriendo a cauces no-del-todo legales pueda conseguir agilizar los trámites. Hablamos de sobornos y tráficos de influencias. Es entonces cuando los funcionarios son los primeros interesados en ralentizar todo lo que pueden los procesos burocráticos para conseguir sobornos más suculentos. Esto no pasa sólo en Madrid. En Valladolid es famoso algún que otro nombre de funcionario listo y supongo que en todas las ciudades pasa algo parecido porque en el fondo, en todos los sitios se cuecen habas… y en España a calderadas.
Gracias al nuevo sistema que implantarán en Madrid, unas empresas privadas tramitarán las licencias. Si en esta empresa los trabajadores son vagos, se les manda a la calle. Suficiente aliciente para garantizar profesionalidad. Si son los propios dueños de la empresa los que quieren “hacer el egipcio” y sacarse algún eurillo de más, el ayuntamiento no tiene más que contratar a otros. Todo sale más barato y más eficaz. Y más honrado.
Este tipo de medidas no es nada nuevo. Y es la tendencia generalizada de las administraciones públicas; contratar empresas privadas que provean los servicios públicos. En muchos países europeos (Suecia, por ejemplo) es muy normal que se contrate a agencias de seguridad privadas (Securitas, etc…) para que hagan las veces de policía. Y así con muchas cosas más.
Y funciona mucho mejor. De eso no hay duda.
Fonseca
5 comentarios:
Y de paso que privaticen RENFE de una vez para acabar con el caos de cercanías y el AVE. Saludos liberales.
/mode ironia ON/
Ah, pero no lo tenían ya privatizado ??
/mode ironia OFF/
Si vale, ¿Pero van a eliminar tramites burocraticos o echar a funcionarios inutiles?¿O esto va ser como el plan economico de TVE?
¿Esa empresa que gestionara las licencias, lo hara en monopolio?
Hombre, lo de privatizar la concesión de licencias me parece una soberana tontería. Quiero decir, que no hacen falta licencias: se escribe un reglamento y el que no lo cumpla se toman medidas a posteriori.
Con cambiar que el silencio administrativo sea positivo en vez de negativo en el caso de las concesiones valdría. O que pudiesen operar de forma provisional mientras se tramita. O que las reclamaciones sirviesen para algo. Se pueden hacer tantas cosas.
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