Y pensé en lo divertido que sería ver a todas esas plumas hilarantes de la derecha hacer su propio listado de canciones adaptadas a las circunstancias. Un “¡Ay Zapatero!/aunque la gente te vote/eres gilipollas y un puto grano en el culo/¡zoplapollaz!/Ay Zapatero” o algo por el estilo. Desde luego no desentonarían con el ambiente.
Serían eso de las dos y media de la madrugada cuando salí a tomar una cerveza. Necesitaba salir y estirar las piernas pero tampoco eran horas de buscar un sitio muy lejos. Así que crucé la calle.
Mi “bar de enfrente” pasaría por un puti si no fuera por que, en vez de espectáculo erótico, los parroquianos pasan uno a uno a cantar, especialmente las mujeres que, desgraciadamente, parece que las has cogido en función del tamaño de su centro orbital. De todas las canciones que cantaron en el karaoke sólo reconocí el “mírala, mírala, mírala, la puerta de Alcalá”.
Contando conmigo, barman y chica del barman, seríamos unos siete. Sólo cuatro interpretaban y la verdad es que no lo hacían del todo mal. Especialmente una parejita donde la chica llevaba la voz cantante -nunca mejor dicho- mientras el pibe grababa. No tenían pinta de vallisoletanos. Al menos no eran castellanos novela de Delibes, de los de alma cerrada.
Me debieron de sacar en algún momento con la cámara. Parecía que querían hacer una especie de video de boda en el karaoke. Para enfocar bien el culo de la rubia, el novio debía de hacer una panorámica horizontal. Imagino que serían ese tipo de tortolitos que aprovechan la mínima oportunidad para hacer porno casero.
Y pensé en lo divertido que sería ver a todas esas plumas hilarantes de la derecha hacer su propio listado de canciones adaptadas a las circunstancias. Un “¡Ay Zapatero!/aunque la gente te vote/eres gilipollas y un puto grano en el culo/¡zoplapollaz!/Ay Zapatero” o algo por el estilo. Desde luego no desentonarían con el ambiente. Y me podrían dar pie a escribir más post como este cuando no se me ocurre nada mejor que contar.
Contando conmigo, barman y chica del barman, seríamos unos siete. Sólo cuatro interpretaban y la verdad es que no lo hacían del todo mal. Especialmente una parejita donde la chica llevaba la voz cantante -nunca mejor dicho- mientras el pibe grababa. No tenían pinta de vallisoletanos. Al menos no eran castellanos novela de Delibes, de los de alma cerrada.
Me debieron de sacar en algún momento con la cámara. Parecía que querían hacer una especie de video de boda en el karaoke. Para enfocar bien el culo de la rubia, el novio debía de hacer una panorámica horizontal. Imagino que serían ese tipo de tortolitos que aprovechan la mínima oportunidad para hacer porno casero.
Y pensé en lo divertido que sería ver a todas esas plumas hilarantes de la derecha hacer su propio listado de canciones adaptadas a las circunstancias. Un “¡Ay Zapatero!/aunque la gente te vote/eres gilipollas y un puto grano en el culo/¡zoplapollaz!/Ay Zapatero” o algo por el estilo. Desde luego no desentonarían con el ambiente. Y me podrían dar pie a escribir más post como este cuando no se me ocurre nada mejor que contar.
4 comentarios:
Tiene que llegar el día en que no tengas nada que contar... es entendible. (te la devuelvo).
Un saludo
Bueno, ya tenemos el Caramba de nuestro queridísimo primer edil.
"Y me podrían dar pie a escribir más post como este cuando no se me ocurre nada mejor que contar."
Hombre, si tanto te aburres podrías contestarme al comentario que te dejé en la entrada anterior :P
O al mío
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