lunes, enero 17, 2011

Caramelitos con droga

Cuando leo reseñas de “Indignez-Vous”, tengo la impresión de que su autor es un abuelito entrañable mientras que cuando oigo hablar del Tea Party, me entran sudores fríos y me imagino a la mismísima Sarah Palin apareciéndose en sueños al asesino de Tucson

Se llama Stéphane Hessel y es el nuevo gurú de este mes. Calza un 93 largo y, tras luchar heroicamente contra los nazis en la II Guerra Mundial, ahora vuelve a la carga con un libro de 30 páginas titulado “Indignez-Vous” (“Indígnese”). En Francia se vende como rosquillas y en España va camino de lograr un éxito similar. La obra está dirigida a los jóvenes y pretende romper con la indiferencia reinante y llamarles a que defiendan lo que es justo. Encomiable ¿verdad?

Ahora vamos a decir lo mismo pero con otra palabras: Stéphane Hessel ha escrito un panfleto de 30 páginas dirigido al público más fácil de manipular; los jóvenes. Caramelitos con droga para mentes impresionables con hambre de radicalismo antisistema. Bajo el grito de guerra “¡Indígnate!”, se esconde un mensaje de odio contra todo y contra todos ¿A que suena distinto?

Dicho así, parece que el señor Hessel fuera un integrante del mismísimo Tea Party. Ya sabe, esos ultraderechistas que intentan hacer oposición contra Obama a base de indignar a la opinión pública y radicalizar el panorama político americano. Sí, los que, según dan a entender algunos medios, han convencido a un tipo en Arizona de que debe montar una escabechina para matar a una congresista.

Sin embargo, no se por qué, cuando leo reseñas de “Indignez-Vous”, tengo la impresión de que su autor es un abuelito entrañable y comprometido con su tiempo mientras que cuando oigo hablar del Tea Party, me entran sudores fríos y me imagino a la mismísima Sarah Palin apareciéndose en sueños al asesino de Tucson para pedirle que mate a la congresista demócrata Gabrielle Giffords.

Bueno, en realidad sí se por que existe ese doble rasero en los medios. Por qué unos tienen legitimidad para expresar sus ideas –buenas o malas- y otros no. Pero no lo voy a poner aquí por escrito, no sea que luego me digan que estoy crispando a la peña y que soy un criptofascista, amante de las armas, republicano y medio bujarra…

3 comentarios:

el Turco dijo...

Ni se te ocurra dejarlo por escrito, no vaya a ser que alguien lo lea...

Así están los medios, y así nos están manipulando, o al menos eso intentan. Mientras unos pocos hacemos lo que podemos. Aunque nos llamen fascistas, ultraizquierdistas, o lo que sea (que de todo me han llamado a mí)

Saludos

Mi blog
Mi web

aisbel dijo...

jajajaja, me encanta este post, se sale!!!!!!leeré el libro si tengo ocasión, el título me gusta, todo lo que suene a revolución...y no es cierto que los jóvenes somos los más manipulables...la educación y la cultura te permiten desconfiar de todo...yo no me considero manipulada por ser joven, un saludo

Fonseca dijo...

Hombre, siempre se ha dicho que los jóvenes son más impresionables. Cuanta menos experiencia tienes, más fácil es sorprenderte con pirotecnia intelectual y manipularte...

La prueba la tienes en las tribus urbanas y en el mismo concepto de "antisistema" ¿Que significa? Nada. Es una expresión puramente formal y marketiniana, sin ningún fondo por detrás.


Fonseca