Ese día Fonseca se lleva tres palizas más; las dos ordinarias que le quedaban más una extra por irse del mirlo. Este ritmo dura hasta que termina el curso. Llega un momento en el que todo el personal docente del centro se entera de lo que hay pero… ¿A quién cojones le importa?
Catorce otoños, varón, peso superior a la altura y gafas. Le acaban de zumbar de lo lindo en su clase. Y no es una vez contada. Son cuatro al día. Sistemáticamente. Una por cada cambio de clase. Así que en cuanto ve llegar al tutor se acerca a pedirle ayuda. Tampoco es la primera vez que lo hace. Tampoco era necesario que lo hiciera porque las hostias han retumbado por todo el pasillo del colegio.
Aún así lo hace. No le queda otra. Entonces llega el profesor, espera a que se sienten todos y empieza su clase con un aviso; “chavales, Fonseca me ha dicho que tú, tú y tú, le acabáis de pegar una paliza… y que lo hacéis a menudo… ¡No volváis a hacerlo, coñe, que ya tenéis una edad!”. Ahí termina la peculiar forma que tiene el tutor de marras para imponer orden en el aula. Ese día Fonseca se lleva tres palizas más; las dos ordinarias que le quedaban más una extra por irse del mirlo. Este ritmo dura hasta que termina el curso. Llega un momento en el que todo el personal docente del centro se entera de lo que hay pero… ¿A quién cojones le importa?
Dos años después, Fonseca cambiará de instituto. Y en su primer mes le robarán la cartera. Irá a la directora de la misma forma que fue a su tutor un par de cursos atrás. Y una hora después de la denuncia la tendrá de vuelta. Sin la guita, todo hay que decirlo. Pero algo es algo. Cabe destacar que seguirá vigente la misma legislación, con el mismo partido en el Gobierno (PP) y en la misma ciudad.
Pero al chaval que se la ha birlado le habrán abierto un expediente. Y unas semanas después estará expulsado. Y Fonseca no volverá a tener problemas de acoso escolar. Puede que sea porque su peso ya no es superior a su altura. O porque ha topado con profesores que, entre peta y peta (dan clase en una Escuela de Arte), saben establecer un marco de convivencia.
Y luego serán los otros, los que miraron para otro lado cuando el que suscribe volvía a casa con moratones, los que vendrán llorando porque en sus clases no pueden enseñar. Porque sus alumnos son aspirantes a presidiarios. Y tranquilos, que esos hijos de la gran puta jamás asumirán que tal vez puedan tener parte de responsabilidad. Ni nadie se la imputará. Y los políticos, pedagogos y demás profesiones que empiezan por “p” sacarán novedosas e inocuas medidas para “restaurar la autoridad de los profesores”.
Y tranquilos, que aunque le joda, ese mocoso que ahora suma algún otoño más se conformará con bramar en su blog. Porque si hay algo bueno que le enseñaron los cardenales (que cuidadosamente ocultaba, por vergüenza, porque llorar es de maricas, a sus padres) es que la vida es injusta y que uno tiene que aceptarla tal como es. Tal vez eso sea lo más parecido que hay a una “ley universal”.
Catorce otoños, varón, peso superior a la altura y gafas. Le acaban de zumbar de lo lindo en su clase. Y no es una vez contada. Son cuatro al día. Sistemáticamente. Una por cada cambio de clase. Así que en cuanto ve llegar al tutor se acerca a pedirle ayuda. Tampoco es la primera vez que lo hace. Tampoco era necesario que lo hiciera porque las hostias han retumbado por todo el pasillo del colegio.
Aún así lo hace. No le queda otra. Entonces llega el profesor, espera a que se sienten todos y empieza su clase con un aviso; “chavales, Fonseca me ha dicho que tú, tú y tú, le acabáis de pegar una paliza… y que lo hacéis a menudo… ¡No volváis a hacerlo, coñe, que ya tenéis una edad!”. Ahí termina la peculiar forma que tiene el tutor de marras para imponer orden en el aula. Ese día Fonseca se lleva tres palizas más; las dos ordinarias que le quedaban más una extra por irse del mirlo. Este ritmo dura hasta que termina el curso. Llega un momento en el que todo el personal docente del centro se entera de lo que hay pero… ¿A quién cojones le importa?
Dos años después, Fonseca cambiará de instituto. Y en su primer mes le robarán la cartera. Irá a la directora de la misma forma que fue a su tutor un par de cursos atrás. Y una hora después de la denuncia la tendrá de vuelta. Sin la guita, todo hay que decirlo. Pero algo es algo. Cabe destacar que seguirá vigente la misma legislación, con el mismo partido en el Gobierno (PP) y en la misma ciudad.
Pero al chaval que se la ha birlado le habrán abierto un expediente. Y unas semanas después estará expulsado. Y Fonseca no volverá a tener problemas de acoso escolar. Puede que sea porque su peso ya no es superior a su altura. O porque ha topado con profesores que, entre peta y peta (dan clase en una Escuela de Arte), saben establecer un marco de convivencia.
Y luego serán los otros, los que miraron para otro lado cuando el que suscribe volvía a casa con moratones, los que vendrán llorando porque en sus clases no pueden enseñar. Porque sus alumnos son aspirantes a presidiarios. Y tranquilos, que esos hijos de la gran puta jamás asumirán que tal vez puedan tener parte de responsabilidad. Ni nadie se la imputará. Y los políticos, pedagogos y demás profesiones que empiezan por “p” sacarán novedosas e inocuas medidas para “restaurar la autoridad de los profesores”.
Y tranquilos, que aunque le joda, ese mocoso que ahora suma algún otoño más se conformará con bramar en su blog. Porque si hay algo bueno que le enseñaron los cardenales (que cuidadosamente ocultaba, por vergüenza, porque llorar es de maricas, a sus padres) es que la vida es injusta y que uno tiene que aceptarla tal como es. Tal vez eso sea lo más parecido que hay a una “ley universal”.
14 comentarios:
Este relato me recuerda un poco a lo mal que me siento, por irritación auricular, cada vez que tengo que esperar por algún trámite en la Admin. Pública y están las típicas dos mujeres, normalmente foráneas y gordas, hablando de algún problema gordo que tienen.
Más o menos así por ejemplo:
"Ay es que estoy harta de todas las horas que me impone el jefe"
"ayy es que no resisto a la fulanita..."
Y la verdad sea dicha Fonseca, porque mentir es pecado:
La presencia de otras personas + sus problemas, molesta, molesta profundamente. Y lo mismo con el tema de las palizas en el colegio - antes eran igual de habituales que ahora pero no se montaba un circo en la prensa ni se les ocurría hablar de "acoso escolar" y otras tonterías. Parte de ser jóven incluye dar o llevarse una paliza alguna vez o algunas veces, es ley de la vida, igual que caerse.
No podemos hacer absolutamente nada contra la naturaleza.
Probablemente tengas razón, Alfredo. Pero si no contribuyes a crear un clima de "estabilidad jurídica" en un colegio te expones a perder autoridad y que luego pase lo que pase...
Fonseca
"Pero si no contribuyes a crear un clima de "estabilidad jurídica" en un colegio te expones a perder autoridad y que luego pase lo que pase..."
La solución es sencilla: privatización y normas pactadas entre padres y profesores, como era antes. Si no hay mucha estabilidad jurídica a nivel nacional mucho menos la vamos a tener en guarderías públicas, que eso es lo que son en realidad los colegios públicos.
Aunque a veces te pases tres pueblos, otras veces da gusto leer cosas tan bien dichas, sin tapujos ni miramientos.
Saludos
Quiero pensar que buscas un objetivo más allá del de contar una experiencia... Porque veo mucha irrealidad en esa entrada.
Aunque si algún profesor de la EA lo lee, quizás piense que lo está haciendo bien. Y eso es un error :)
Ah, vale, que todo se reducía a dar vehículo a frustraciones personales.
Muy objetivo, tu blog.
Este post es la hostia. La experiencia personal también es un grado...
Saludos.
Si a paliza diaria tus padres no pusieron solución (hablando con los profesores, padres de los demás alumnos... o cambiandote de colegio al terminar el curso) no busques culpables fuera de la familia.
A mi me jodieron, pero bien, pero mis padres en la medida de lo posible velaron por mí y minimizaron los incidentes (que los hay en todos los cursos, en todos los colegios)
Tengo que reconocer que tuve cinco o seis experiencias parecidas hasta que un amigo, (si, como suena, amigo), fue y lo cantó todo a mis padres.
Como a ellos no les había dicho nada, nada me dijeron a mí, pero en un par de días estaba todo solucionado con la dirección del instituto y con los alumnos. Me enteré de la solución un par de meses después.
¿Como? No se exactamente, pero creo que fue mas o menos demostrando que había mas fuerza en este lado que en el otro, y así todos tranquilos.
Es que al final es la ley del mas fuerte la que da resultado. ¿Y si no se es el mas fuerte? Habrá que parecerlo.
En España tenemos lo peor de USA y lo peor de Europa y lo peor de España, el no saber como, cuando, y donde estamos y que somos. A ver si un siglo de estos nos aclaramos.
John W.
Con ocho años al vecino se le escapo el perro y estuvo a punto de morderme cuando yo iba tan tranquilo y pasaba por su verja camino a la playa.Al dia siguiente paso lo mismo y esta vez,escape subiendome a un arbol donde estuve hasta que el perro se canso.Entonces se lo conte a mi abuela para que me protegiese y todavia recuerdo el desprecio de su mirada.Ella no fue a hablar con el vecino y tampoco hablo mucho conmigo.Al dia siguiente sabia lo que tenia que hacer.Junto a la toalla llevaba un palo.El perro vino a por mi y yo eche a correr.En milesimas de segundo recorde a mi abuela y frene en seco.Me di la vuelta y solo pude atizar al aire del miedo que tenia.Ocurrio algo sorprendente.Aunque no habia acertado al perro, este se paro y retrocedio un poco.Fue entonces cuando le di en lo alto del lomo con tal fuerza que el perro se doblo y comenzo a chillar.Cuando se lo conte a mi abuela,mas que nada, para borrar la mirada del dia anterior, ella solo me dijo algo que tampoco se me ha olvidado:"El cobarde es fuerte con el debil".
Al dia siguiente , de camino a la playa, vi al perro bien atado con su cadena.
Años despues, en el Colegio ya sabia que huir o dejarme pegar sin mas era mala idea.
por vergüenza, porque llorar es de maricas
Pues anda que como lo vea un profesor de Eduacacion para la Ciudadania te dice que te estuvo biene empleado por homofobo.
Qué bueno el anónimo del perro!
Ese es el espíritu!
Si, Stewi, menudo espiritu!
La verdad es que me costo tiempo comprender por que mis padres me tenian que joder el verano mandandome con mi abuela.
Ni te imaginas lo que aprendia y como, en aquel pueblucho de catetos cerca de la costa de Granada.
Otra anecdota de mi tierna infancia.
Me mandaban a por leche con un bote de cinco litros a una vaqueria.No tenian mas que media docena de retintas.Las vacas me parecian los animales mas bonitos que existian.Lo unico malo era lo mal que olian.Un dia vi en el corral a un toro enorme que tenia algo raro.Le dije al dueño que el toro se le habia roto algo porque tenia media tripa fuera.Se lo dije para que no pensara que era una gamberrada mia.
Cuando el dueño, muy preocupado, fue a ver lo que le pasaba al semental que le habian prestado, casi se cae al suelo de la risa.Me dijo que no me preocupase por lo de la tripa y al dia siguiente vi de que coño iba todo aquello.
Jamas tuve que molestar a nadie para preguntarle de donde venian los niños.
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
JAJAJAJAJAJAJAJAJA
Fonseca
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