La duquesa de Alba quiere secuestrar El Jueves

Así es que ahora llega la duquesa de Alba y toma nota; ella también pide que se prohiba la publicación de la revista por una portada de la duquesa en porretas con un montón de binladenes tapando sus vergüenzas a lo "American beauty" (aunque de beauty la tipa no tenga nada).

Razón tienen los british cuando dicen que “la mejor política es la honestidad”. Pero en todos los aspectos de la vida, oye, en todos. Y por eso luego pasa lo que pasa –en España y en todas partes-, porque la buena idea no abunda entre los burócratas y si uno puede hacer un “egipcio” bien marcado sin que se note; ese tanto que se apunta. El problema es que muchas veces se crea un precedente. Y el minimamoneo de hoy es la grande y gloriosa putada de mañana.

Tal es el caso del secuestro de “El jueves” del que hoy se cumplirá algo más de un año. No sólo fue un atentado contra la libertad de expresión por parte de la Casa Real, tan progre y moderna ella (y tolerante con los homosexuales), sino que además, sentó un precedente. Así es que ahora llega la duquesa de Alba y toma nota; ella también pide que se prohiba la publicación de la revista.

Por su parte, los chicos de “El jueves” se saben de lo lindo eso de que la polémica vende. Buscan objetivos fáciles (de picar) y les sueltan una buena descarga de esa mala leche que les sobra, a ver si consiguen otra demanda jugosa. Con sus respectivos titulares, claro. Una duquesa en porretas con un montón de binladenes tapando sus vergüenzas a lo american beauty (aunque de beauty, la tipa no tenga nada). Hay que reconocerlo; estos cabritos tienen sentido del humor.

Y además suerte. Porque aunque no hayan conseguido otro bombazo, esta vez la denuncia se ha desestimado. ¿Razones? Ni puñetera idea. El hecho es el mismo que cuando se caricaturizó a los príncipes. Pero pensar que los jueces van a aplicar procedimientos similares a los que pusieron en práctica la vez anterior sería dar por hecho que secuestrar revistas es algo racional y honesto. Y esas cosas, aquí, brillan por su ausencia.