Tal vez sea eso lo que hace de Sexo en Nueva York una serie polémica. Que es sincera. Que nos presenta mujeres que no tienen problemas en reconocer mirarles el culo a los hombres. Si Pajares y Esteso podían ¿Por qué ellas no? A eso lo llaman falta de valores y frivolidad.
El otro día leí una de esas reflexiones que de cínicas que son, pasan por ciertas. Decía que hay dos tipos de mujeres (y hombres, supongo). Las honestas y las putas. Las que a la mañana siguiente de haberse follado al gualtrapa que acababan de conocer en la disco de turno dicen “Mmmm… tengo hambre ¿desayunamos?" y las que hacen lo mismo pero se pasan toda la noche repitiendo “¡que sepas que es la primera vez que hago esto!”.
Tal vez sea eso lo que hace de Sexo en Nueva York una serie polémica. Que es sincera. Que nos presenta mujeres que no tienen problemas en reconocer mirarles el culo a los hombres. Si Pajares y Esteso podían ¿Por qué ellas no? A eso lo llaman falta de valores y frivolidad.
Porque el ideal de persona profunda es el de alguien que escribe palabras de ocho sílabas y pretende ser ingenioso aun cuando no tiene nada que decir. En ese caso la honestidad es el opuesto de la intelectualidad. Se trata de pronunciar frases que parezca que dicen algo aunque no se sepa muy bien lo que es. Eso te hace pensar, claro. Ahí está el quid.
Y jamás de los jamases se te ocurra mezclar moda y filosofía. Son términos contradictorios. Que sólo hay que ver un retrato de Nietchze para caer en la cuenta de que los grandes pensadores descuidaban su imagen personal. Si algo es ameno es porque está vacío. Y si separa sexo de amor es que es relativista.
Lo verdaderamente profundo, chicas, es echar un polvo y decir que se hace el amor. Afirmar que has leído muchos libros (solo afirmarlo). Apoyar alguna causa, la que sea, pero que suene rimbombante. Casarte. Y después es cuando debes salir a la disco de turno, encontrar al primer tiñalpa pollilargo y dejarle bien claro que “es la primera vez que haces eso”.
El otro día leí una de esas reflexiones que de cínicas que son, pasan por ciertas. Decía que hay dos tipos de mujeres (y hombres, supongo). Las honestas y las putas. Las que a la mañana siguiente de haberse follado al gualtrapa que acababan de conocer en la disco de turno dicen “Mmmm… tengo hambre ¿desayunamos?" y las que hacen lo mismo pero se pasan toda la noche repitiendo “¡que sepas que es la primera vez que hago esto!”.
Tal vez sea eso lo que hace de Sexo en Nueva York una serie polémica. Que es sincera. Que nos presenta mujeres que no tienen problemas en reconocer mirarles el culo a los hombres. Si Pajares y Esteso podían ¿Por qué ellas no? A eso lo llaman falta de valores y frivolidad.
Porque el ideal de persona profunda es el de alguien que escribe palabras de ocho sílabas y pretende ser ingenioso aun cuando no tiene nada que decir. En ese caso la honestidad es el opuesto de la intelectualidad. Se trata de pronunciar frases que parezca que dicen algo aunque no se sepa muy bien lo que es. Eso te hace pensar, claro. Ahí está el quid.
Y jamás de los jamases se te ocurra mezclar moda y filosofía. Son términos contradictorios. Que sólo hay que ver un retrato de Nietchze para caer en la cuenta de que los grandes pensadores descuidaban su imagen personal. Si algo es ameno es porque está vacío. Y si separa sexo de amor es que es relativista.
Lo verdaderamente profundo, chicas, es echar un polvo y decir que se hace el amor. Afirmar que has leído muchos libros (solo afirmarlo). Apoyar alguna causa, la que sea, pero que suene rimbombante. Casarte. Y después es cuando debes salir a la disco de turno, encontrar al primer tiñalpa pollilargo y dejarle bien claro que “es la primera vez que haces eso”.
9 comentarios:
A ver, Fonseca, como casi siempre has dicho cosas muy acertadas y cosas muy equivocadas. Efectivamente, sigue habiendo mucha reprimida y mucha hipócrita suelta. De hecho, cuenta la leyenda que en Valladolid son legión, cosa que no sé si será cierta o no porque nunca me he puesto a tirarle los tejos a otra tía.
Pero de ahí a considerar Sexo en Nueva York como una serie "sincera"... Yo siempre he pensado que lo que intenta es hacer una caricatura de cuatro tipos distintos de mujer de clase alta en un entorno muy concreto como es la ciudad de Nueva York. Son seres estereotípicos y muy exagerados, y no se corresponden para nada con la realidad. No retratan nada, simplemente pretenden entretener.
Creo que los guionistas son hombres, o sea que a lo mejor retratan lo que ellos creen o quisieran que fueran las mujeres.
Pues que quereis que os diga.. a mí me encanta... no he visto la peli todavía porque estoy segura que me va a decepcionar...
No negaré el tono ciertametne frívolo de la serie, y que bueno... a veces como que ahy cosas que sobran... pero creo que refleja muchas cosas que son ciertas y con las que muchas nos sentimos tan identificadas quemuchas, como yo, las hemos convertido en una especie de religión a la que venerar...y aunque a muchso hombres os parezca raro.. más por las similitudes que por las diferencias -que evidentemente las hay-.
quizás eso nos hace ser menos objetivas con ella pero oye... y lo que nos han hecho disfrutar esos capítulos... yo lso voy a seguri considerando, no la única, peor si "una buena terapia" en según que momentos ;-)
@ Starling
Unas divinizáis a las de Sex and the City y algunos hombres a Siffredi o a Vidal (a Nacho, no a César).
Mario, con lo listo que tú eres y vas a comparar Sex in the City con una porno. Sobre todo, las últimas temporadas reflejan mucho sobre lo que son las elecciones personales en la vida. Y ho se puede negar que son unas mujeres francamente divertidas, libres dentro de lo que cabe y optimistas. Lo contrario de las asquerosas hipócritas amragadas de Mujeres Desesperadas. En sexo en NY, al final ninguna tiene la vida que buscó, pero se adaptan a ella sin perder su peronalidad y siendo fieles a ellas mismas. Las mujeres desesperadas renuncian a ellas mismas por la vida del anuncio y el chalet, para llegar al final al vómito vital (para vivir espiando vecinos por las ventanas sin vida propia). Me quedo con Sexo en NY. Sobren o no cosas (la moda o el sexo relajan, no sobran), siempre fue fesca y diferente. Saludos de queridanonima o queridamiga.
Querida amiga, chapeau.
Fonseca
Pues a mi no me gusta precisamente porque me parece poco real. Lo que dices quedaría muy bien en una aventura de bar de J.L Alvite, pero francamente los guionistas se basan más en lo que les gustaría que fuera que en lo que es (al menos para mí... Lo cierto es que hay mucha gente enganchada)
Querida amiga: 100% de acuerdo.
Berti, no tanto contigo; evidentemtne hay mucho de exageración, pero las historias, mayoritariamente, auqneu exageradas muchas, admito otra vez, para mí al menos son reales... de hecho, yo conozco unos cuantos big en la vida de unas cuantas carries... conozco muchas samanthas que se lanzan a lo que sea por miedo a un compromiso o a que les hagan daño... muchas charlotte que se dan de bruces con la realidad y con uans amigas que le ponen los pies en la tiera y se dan cuenta, o lo intenta, que el mundo no es color de rosa ni nada es absolutamente perfecto apra siempre... y finalmetne, muchas mirandas, de vida ordenada y sensata que un día "desparraman" y ven que no es necesariamente malo, que se puede empezar de nuevo y que vaya bien...
@ Queridamiga
La comparación tenía PRECISAMENTE esa intención.
La mujeres enaltecen Sex and the City y los hombres...
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