Ya me gustaría ver a todos los radicales de salón jugarse las pelotas. Que es muy fácil decir que el estado nos oprime y el sistema está corrupto pero ¿Qué pasa cuando defender la libertad realmente te pone en un compromiso?
Acaba el acto de NNGG en Barakaldo. Aplausos, banderitas y últimas fotografías de rigor. Y en esto que oigo un “¿Fonseca?” Me doy la vuelta y aparece un tipo de flauta, enfundado en un jersey de pitillo, perilla mefistofélica y rasgos bien definidos, típicos de la gente del país vasco. Es rojobilbao. La verdad, me hizo mucha ilusión verle por ahí, saludarle (y abrazarle) y poder intercambiar cuatro palabras con él.
Y la pregunta de rigor “¿Es verdad que tenéis tanto miedo a manifestaros políticamente en el país vasco?”. Me habla de gente que no se atreve a ser interventor en las elecciones en su propia ciudad. Que se piden colegios en pueblos que están a tomar por culo de su casa para que nadie les “fiche”. Que la afiliación al Partido Popular es bajísima porque es mejor que no te conozcan.
Pero que por encima de todo eso, algunos le echan pelotas. Sin aparecer en el registro de ningún colectivo, acuden a los actos y prestan su colaboración para “lo que se puede hacer”. Sin ponerse la etiqueta, ni soltar los topicazos de todos-los-políticos-son-unos-malvados-burócratas. No van de salvapatrias ¡Pero ya me gustaría ver a los revolucionarios de salón defender sus convicciones en el país vasco! Me gustó ver que ese tipo de gente no sólo existe en las películas. Que pese a que se juegan las pelotas y mucho más, están dispuestos a aportar su grano de arena.
Señor rojobilbao (cuyo nombre auténtico nombre sigo sin conocer), sepas que si hubiera llevado sombrero esta mañana, me habría descubierto.
Acaba el acto de NNGG en Barakaldo. Aplausos, banderitas y últimas fotografías de rigor. Y en esto que oigo un “¿Fonseca?” Me doy la vuelta y aparece un tipo de flauta, enfundado en un jersey de pitillo, perilla mefistofélica y rasgos bien definidos, típicos de la gente del país vasco. Es rojobilbao. La verdad, me hizo mucha ilusión verle por ahí, saludarle (y abrazarle) y poder intercambiar cuatro palabras con él.
Y la pregunta de rigor “¿Es verdad que tenéis tanto miedo a manifestaros políticamente en el país vasco?”. Me habla de gente que no se atreve a ser interventor en las elecciones en su propia ciudad. Que se piden colegios en pueblos que están a tomar por culo de su casa para que nadie les “fiche”. Que la afiliación al Partido Popular es bajísima porque es mejor que no te conozcan.
Pero que por encima de todo eso, algunos le echan pelotas. Sin aparecer en el registro de ningún colectivo, acuden a los actos y prestan su colaboración para “lo que se puede hacer”. Sin ponerse la etiqueta, ni soltar los topicazos de todos-los-políticos-son-unos-malvados-burócratas. No van de salvapatrias ¡Pero ya me gustaría ver a los revolucionarios de salón defender sus convicciones en el país vasco! Me gustó ver que ese tipo de gente no sólo existe en las películas. Que pese a que se juegan las pelotas y mucho más, están dispuestos a aportar su grano de arena.
Señor rojobilbao (cuyo nombre auténtico nombre sigo sin conocer), sepas que si hubiera llevado sombrero esta mañana, me habría descubierto.
3 comentarios:
Es el ejemplo de esos vascos valientes el que nos anima a muchos a perderle el miedo a la mafia nacionalista. ¡Bien por ellos!
Fonseca, mi nombre no es secreto, pero en la red soy para todo rojobilbao, ¿para qué darte otro nombre?
Gracias por tu post (que yo no merezco, peor otros muchos sí)
Siento no haber podido quedarme a tomar algo en el centro ¿segoviano?
Un saludo
Ánimo y a seguir.
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