La ley del más fuerte y Kosovo

Es la que interviene en todas las relaciones entre estados. En el caso de Kosovo y Servia se ha aplicado de forma pacífica. Es lo bueno que tiene la democracia, que permite que haya cambios de poder sin derramamiento de sangre.

Kosovo se separa de Serbia abriendo otra vez el debate sobre si una región puede o no, secesionarse. Bien es cierto que si creemos en la democracia, la voluntad de una mayoría debería primar sobre la estabilidad de una nación. Si todos los kosovares, o los vascos, deciden independizarse y formar su propio país, deberían poder hacerlo de la misma forma que quien quiere salirse de un club tiene todo el derecho del mundo para hacerlo.

¿A que suena genial? Parece sacado de un libro de TEO conoce la alianza de civilizaciones. Pero es pasar por alto el principio básico de todo estado. La imposición. Estas son las normas y usted las tiene que cumplir, si no le gusta ¡JÓDASE! Los impuestos no son voluntarios y el hecho de pertenecer o no a una nación, tampoco. El día en que podamos decidir pertenecer a una u otra nación, el estado habrá desaparecido y viviremos en una utopía libertarian (a pesar de los lamentos de Iracundo).

Así que llamemos a las cosas por su nombre. De la misma forma que el estado basa su autoridad sobre los ciudadanos en la violencia (pagas impuestos porque si no, vas a la cárcel), también recurre a la fuerza para relacionarse con otros estados. La ley del más fuerte. Mariconadas, las justas.

Y ahí es donde está la grandeza de la democracia. En ser capaz de aplicar esta ley universal sin derramamiento de sangre. En este caso, si Kosovo se consigue independizar de Serbia es por la simple razón de que “la tiene más larga”. El pez se hace grande y manda a tomar por culo al que ahora es el pez chico. Tiene apoyo de la UE y de EEUU ¡Con esos amigos, cualquiera te tose! Lo bueno es que vez de medir el tamaño de sus miembros contando las cabezas que es capaz de cortar cada uno, el parámetro que usan son los votos, que manchan menos.